William Morrish y Brett Sechrestfounders, invirtieron Public Network Washington y New Yorkhowever, el paisaje ha cambiado inesperadamente. Con la aprobación del “gran proyecto de ley hermoso”, los fondos federales para estos proyectos con visión de futuro se han detenido abruptamente. Este desarrollo amenaza con deshacer años de progreso, eliminar a las comunidades de apoyo vital y obligarlos a reiniciar los esfuerzos en medio de un clima de incertidumbre. Este es precisamente el momento de la acción audaz. Ingrese al público invertido (IVP): un marco innovador comprometido a transformar los desafíos en nuevas oportunidades. IVP se centra en volver a ampliar los proyectos en curso en iniciativas escalables y pioneros en modelos de financiación innovadores capaces de atraer diversas fuentes de inversión. Nuestro objetivo es establecer flujos de financiación regenerativos que mantengan materiales, mano de obra y compromiso comunitario; asegurar estos proyectos puede prosperar independientemente del apoyo federal incierto. Más que preservar los esfuerzos actuales, IVP tiene como objetivo fomentar una plataforma inclusiva para la creación de riqueza comunitaria. Al promover sistemas regenerativos que entregan continuamente los retornos y el valor locales, podemos construir un legado de sistemas de dependencia locales de funcionamiento comunitario, lo que forma los términos a través de los cuales la salud, la riqueza y la seguridad se entregan localmente. El futuro ya no es una posibilidad distante; Está al alcance, y pertenece a públicos invertidos ansiosos por darle forma. En un tiempo marcado por las crisis climáticas, la conectividad digital generalizada y las trastornos socioecológicos, reinventar cómo diseñamos y gobernamos nuestros espacios urbanos es imperativo. Los visionarios como William Morrish y Brett Sechrest nos desafían a ir más allá de la resiliencia pasiva, que rebotan de manera mierda de los choques, y hacia la regeneración activa arraigada en los conceptos redefinidos de ecología, ciudadanos y espacio público. Dirigiendo a pensadores como William Cronon, Tim Morton, Tim Mortha Benjamin y Rob Van Kranberg, Morrish/Sechrhrhrrhrrhrrhrrhrrhrrhrrhrrhrhrrhrhrrhrhrhrhrhrhrhrhrrest. Sus ideas enfatizan el desmantelamiento de paradigmas ecológicos obsoletos (“segunda naturaleza”) y adoptar realidades híbridas, lo que él llama “próxima naturaleza”, donde los gemelos digitales y los entornos aumentados permiten la administración ecológica colectiva y la participación cívica más allá de los límites físicos. El éxito es a menudo el resultado de la exploración matizada en lugar de la búsqueda directa. Aplicado a la gobernanza y el desarrollo de la comunidad, este principio sugiere adoptar el aprendizaje continuo, los ajustes iterativos y las vías indirectas para el progreso. Esto se alinea con el concepto hacia adelante, comprar el historiador económico John Wallis de “democracia como heterogeneidad agitadora”, donde diversas voces e intereses de forma continuamente y resbalan las normas sociales. Las sociedades que manejan efectivamente esta turbulencia fomentan nuevos lazos relacionales, la innovación indígena y la inclusión genuina. La integración de estos principios en nuestras instituciones crea una infraestructura de confianza capaz de evolucionar con las necesidades sociales y la sucesión ecológica, una base esencial para el futuro regenerativo local. Los campeones públicos invertidos “prosperidad regenerativa”, un término que enfatiza la interconexión de los sistemas ecológicos, sociales y económicos. A diferencia del concepto a menudo estático de desarrollo sostenible, la prosperidad regenerativa exige restaurar y mejorar la vitalidad de estos sistemas a través de enfoques innovadores e holísticos. Por ejemplo, la agricultura regenerativa ilustra cómo se puede lograr la prosperidad sin el agotamiento de los recursos, fomentando la salud del suelo, la biodiversidad y la equidad social simultáneamente. Este cambio de paradigma exige cambios sistémicos en las políticas y los comportamientos individuales: priorizar la resiliencia, la equidad y el bienestar a largo plazo sobre el mero crecimiento. Finalmente, el concepto de Morrish y Sechrest del “público invertido” invita a las comunidades a convertirse en agentes activos en lugar de beneficiarios pasivos. Al desarrollar la infraestructura local, las herramientas digitales para la participación cívica y los recursos circulantes, tanto físicos como virtuales, las comunidades pueden desarrollar ecosistemas resilientes y regenerativos basados en la responsabilidad compartida. Fostar tales públicos invertidos implica profundizar el conocimiento local, respetar las prácticas existentes y la fomento de las relaciones localizadas. A medida que los espacios públicos evolucionan cada vez más hacia los reinos digitales e híbridos, habilitados por tecnologías como gemelos digitales, la participación activa se vuelve crucial. Como sugiere Abdu Maliq Simone, el espacio público es una infraestructura de posibilidad, en forma de colaboración pública colectiva e imaginación local. La reversión federal sobre la financiación de la infraestructura comunitaria es un revés, pero no una terminal. Al adoptar modelos innovadores de inversión, compromiso cívico y administración ecológica, las comunidades pueden forjar sus propios caminos hacia adelante. El cambio de una dependencia del apoyo federal incierto a los sistemas locales resilientes y regenerativos incorpora la esencia misma de enfoques adaptativos y oblicuos para el progreso social. Al reinventar nuestro futuro colectivo, debemos reconocer que la verdadera resiliencia surge no de los sistemas estáticos sino de las redes dinámicas, inclusivas y regenerativas: mantenidas y sostenidas por invertidos que están en colaboración, innovar, innovar y liderar. El desafío es significativo, pero también es la oportunidad: transformar los contratiempos recientes en catalizadores para un panorama comunitario más confiable, equitativo y próspero.
El futuro está dentro de nuestro alcance, si nos comprometemos con los principios de oblicuidad, heterogeneidad y prosperidad regenerativa. Al hacerlo, podemos convertir los obstáculos en peldaños, asegurando que nuestras comunidades no solo sobrevivan sino que prosperen activamente, reimaginando los espacios urbanos, redefiniendo el compromiso cívico y conjuntamente un legado resistente para las generaciones por venir.
Juntos, tenemos el poder de dar forma a un futuro donde la innovación dirigida por la comunidad no es una excepción, sino la norma, y donde la promesa de una sociedad regenerativa y participativa se convierte en realidad.
Publicado Originalme en TheInternetOfthings.eu El 17 de julio de 2025.
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