5 minutos Leer
En un día nublado a mediados de julio, una tripulación de técnicos llevaba un orbe de metal brillante, aproximadamente del tamaño y el peso de la bola de boliche de un niño, bajo una línea de transmisión de 110 kilovoltios que se extiende cerca de Hamburgo, Alemania. Su tarea: unir el ORB a la línea donde rastreará las condiciones ambientales en tiempo real que afectan la capacidad del cable.
Publicado Originalme en Spectrum.ieee.org El 13 de agosto de 2025.
Ver Fuente Original