El espacio puede actuar como un gran facilitador de IoT.

El cielo ya no es límite, el Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) en las aplicaciones espaciales ha comenzado a romper las limitaciones del despliegue terrestre y va más allá de la atmósfera.

A medida que el crecimiento de la tecnología avanza hacia la ruptura de nuevos umbrales, la integración de nuevas tecnologías con las existentes forja un nuevo camino para que una organización ingrese a un nuevo mundo de infinitas posibilidades. Esto es especialmente cierto para el campo del IoT y las tecnologías relacionadas que ahora están incursionando en un nuevo mundo de satélites y tecnologías espaciales.

El IoT en aplicaciones espaciales está aumentando su popularidad en las agencias espaciales gubernamentales y las industrias espaciales privadas, con la introducción de constelaciones de satélites de baja órbita conocidos como IoT satelital o Sat-IoT.

Cubriendo una amplia gama de áreas el SAT-IoT permite el seguimiento y el monitoreo de activos en todas partes, independientemente de los puntos ciegos y también se puede utilizar para proporcionar servicios de banda ancha. Por ejemplo la recopilación de datos desde barcos en el mar, hasta vehículos con energía solar en la Antártida e incluso puede rastrear rebaños de animales en África.

El IoT permite que una conexión entre sensores y dispositivos se haga de forma terrestre y a través del espacio. Esto es extremadamente significativo en los casos de áreas remotas, donde no existe una buena cobertura de red en la Tierra. El espacio en este caso, es un tipo de puente de transmisión que con la ayuda de satélites proporciona la transferencia de datos en cualquier momento.

Debido a esto, ha surgido un nuevo campo de estudio llamado Internet of Space Things (IOST).

Acuñado por un grupo innovador del Instituto de Tecnología de Georgia, las “cosas” en IOST se refieren a una nueva clase de pequeños satélites que se han desarrollado específicamente para aprovechar el IoT, llamados CubeSats1.

Formando otra parte del IoT en aplicaciones espaciales, el papel principal de estos satélites gira en torno a la recopilación de datos y la transmisión desde y hacia la Tierra.

Teniendo en cuenta que los cubesats son un desarrollo innovador para un nuevo sistema ciberfísico global, las aplicaciones del IoT espaciales dan un nuevo giro, ya que abren un nuevo mundo, con una multitud de aplicaciones sobre tierra, aire y espacio.

La integración de satélites existentes como LEO, GEO y MeOs2, junto con el soporte de marcos basados en Software-defined networking (SDN) y network functions virtualization (NFV) 3 permitiría que los cubesats sean altamente escalables y operen como un servicio.

El IoT en aplicaciones espaciales comenzó en 2015, cuando la NASA creó un laboratorio dedicado por completo al estudio de IoT y aplicaciones relacionadas con el espacio. Sin embargo, la primera prueba en la investigación entró en funcionamiento el 3 de junio de 2019, cuando la NASA desplegó satélites llamados chipsats, un tipo de nanosatélites en la órbita de la Tierra. El objetivo de esta implementación era probar la capacidad de los satélites para comunicarse entre sí y transmitir datos a la Tierra. Otro avance de las fue la entrada de compañías privadas como Alen Space (España), Astrocast SA (Suiza), Clyde Space Limited (Reino Unido) y Crest Astra (Japón) y muchos más.

El proyecto más famoso es Starlink, la creación de Elon Musk, que tiene la misión de vender Internet de banda ancha de alta velocidad en cualquier lugar, particularmente a las poblaciones donde el acceso es desafiante o inexistente.

¡El costo de este proyecto de 10 años
es de alrededor de 10 mil millones de dólares
y este es solo el comienzo!

Las empresas del sector satelital se preparan ante la ola de máquinas conectadas que operarán a partir del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) y el servicio que ofrecerán puede impulsar las operaciones de una empresa que vaya a implementar esta tecnología.

Expertos proyectan que para el año 2024 las redes satelitales tendrán cobertura global y darán servicio a 24 millones de conexiones de Internet de las Cosas.

Actualmente, las redes móviles cubren sólo el 20% del planeta mientras que las satelitales tienen una cobertura total, por lo que contar con un proveedor que ofrezca ambas soluciones representa un beneficio para la empresa, ya que contará con menor latencia en tierra y mayor capacidad de datos gracias a la conexión satelital.

Se prevé que las industrias que usarán las redes satelitales para transmitir información entre máquinas serán las del sector agrícola, seguimiento de activos, logística, seguimiento marítimo y en la aviación.

Transmitir información por medio de la tecnología satelital conlleva otros beneficios como usar menos energía y aumentar la eficiencia en la comunicación pues la mayoría de los servicios de Internet de las Cosas satelital usan datos en paquete.

Por Ruth Menchaca

1Un CubeSat es un satélite en miniatura en forma cuadrada (10 cm × 10 cm × 10 cm, aproximadamente del tamaño de un cubo de Rubik), que pesa aproximadamente 1 kg. Se puede usar un CubeSat solo (1 unidad) o en grupos de múltiples unidades (máximo 24 unidades).

2Los satélites desempeñan un papel crucial como enlaces de comunicación. Hay tres categorías de satélites -LEO, MEO y GEO- que hacen referencia a las diferentes órbitas en las que se puede colocar un satélite.

3Las redes definidas por software (SDN) y la virtualización de las funciones de red (NFV) son dos de las tecnologías clave que promueven
esta transformación masiva.


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